viernes, 27 de julio de 2012

Acto I Escena III - PISCIS



                  

                         Afrodita y  Eósforo-Posidón


Hay un cambio en el espacio escénico; las columnas simulan el Templo de Posidón en el cabo Sounión. Un gran tridente así lo indica. Los tonos de luces son ligeramente azulados. Representan el elemento Agua

Aparecen Afrodita  y Eósforo, algo cansados por la distancia que han recorrido.

Afrodita
.- (
Se tumba sobre la escalinata) Detengámonos aquí, Eósforo. Estoy agotada.

Eósforo.- Buen lugar para hacer un alto en el camino. ¡Mira! el tridente de Posidón.

Afrodita.- Sí, lo sé; estamos en su templo del cabo Sounión.

Eósforo.- ¡El templo de Posidón!, dios de los mares, bueno, (de una forma desenfadada) también le podríamos llamar Neptuno, al fin y al cabo es el mismo mito (reacciona); pero qué digo, ¡no!; que nosotros estamos en Grecia.

Afrodita.- Espero que nos indique el camino a seguir. Me encuentro completamente perdida.

Eósforo.- ¿Cómo se te ocurrió empezar precisamente por este lugar?

Afrodita.- No olvides que yo surgí de los mares, dentro una concha con una gran perla. Los dominios de Posidón forman parte de mis orígenes. Estoy segura que él me ayudará.


(Hay una pequeña pausa. Afrodita sigue descansando. Eósforo observa el decorado; se acerca hasta el tridente, hace un gesto de admiración y después lo agarra con una de sus manos. Entonces se produce un resplandor junto a cambios  de luces. La figura de Eósforo  se pierde entre los efectos de luz para volver a aparecer, ya transformado en Posidón con una  capa de  símbolos marinos ,la corona  y el tridente en su mano).
                                                                           
Afrodita.- (Sorprendida) ¡Posidón! ¡Qué manera de manifestarte!

Eósforo-Posidón.- Un leve movimiento de olas ha sido suficiente para ocupar este cuerpo. Por cierto, algo débil para moverse con él dentro del mar.

Afrodita.- Necesito que me ayudes. He de encontrar la armonía de los tres planos básicos de la existencia humana.

Eósforo-Posidón.- Lo sé, bella Afrodita; todos lo sabemos y ten por seguro que te vamos a ayudar.

Afrodita.- ¿Todos lo sabéis?...

Eósforo-Posidón.- Todos los que, cómo yo, ayudamos al rey Pélope a que inicie  los Juegos Olímpicos.

Afrodita.- Debo saber cómo  descifrar  las claves de un decatlón, que más bien parece un rompecabezas.

Eósforo-Posidón.- No te preocupes, tú lo único que tienes que hacer es estar atenta a las informaciones que vayas consiguiendo; después tu propio sentido de la deducción hará  lo demás

Afrodita.- Pero, es que, en realidad  no sé como debo aprenderlo. Yo estoy acostumbrada a enseñar, a que los mortales aprendan la mejor forma de amar  y no a ser  una alumna   ignorante.

Eósforo-Posidón.- Eres tan bella, Afrodita ,que hasta la ignorancia se quiere quedar junto a ti.

Afrodita.-¡Pues menudo halago!

Eósforo-Posidón.- ¿Sabías  que las nativas de Piscis, el signo que está bajo mi regencia, son de las mujeres más bellas?

Afrodita.- ¿Puede la belleza ser exclusiva de un grupo determinado?

Eósforo-Posidón.- No, en efecto; la belleza es pura manifestación, quizás la más armónica del universo y puede reflejarse en cualquier persona; pero en Piscis esa belleza no corresponde únicamente al aspecto exterior. Estos nativos , además,  la tienen en su gran vida interior.

Afrodita.- Me estás  hablando del plano emocional, es decir, del espiritual.

Eósforo-Posidón.- ¡En efecto! el que está relacionado con la fuerza de mi elemento: el Agua.

Afrodita.- Yo he nacido entre las aguas...

Eósforo –Posidón.- Sí, Afrodita. Has nacido en mis dominios; me perteneces. (Va hacia ella y la agarra por un brazo)

Afrodita.- ¿Qué haces? (intenta liberarse) ¡Suéltame!

Eósforo-Posidón.- ( Quiere bailar con ella)¿No quieres danzar conmigo?

Afrodita.- (Intenta seguirle, pero desiste) La verdad es que ahora no estoy para bailes.

Eósforo-Posidón.- La danza aviva el espíritu. Yo inspiro las grandes coreografías (Hace unos movimientos de baile).

Afrodita.- (Ríe al verlo) Me parece que soy mejor bailarina que tú (se anima y le sigue con pasos elegantes).

Eósforo-Posidón.-  (La lleva hasta una roca donde se supone que se ve el mar) Vuelve conmigo al mar... a tus orígenes.

Afrodita.- (Se suelta algo disgustada) He  venido, únicamente a conocer la esencia de los signos zodiacales.

Eósforo-Posidón.- Y, ¿crees que lo conseguirás?...

Afrodita.- No lo sé tengo dudas...

Eósforo-Posidón.- Acabas de nombrar mi palabra clave: ¡la duda!

Afrodita.- ¿Cómo?

Eósforo.-Posidón.- La duda es necesaria para que los humanos tengan fe en sus anhelos, en sus esperanzas o en sus creencias.

Afrodita.- ¡La duda! ¿Sólo esta esencia me das?

Posidón.- No te confundas Arodita; no es la duda su esencia, sino la  ¡fe!

Afrodita.- Ya entiendo; cómo la fe que yo tengo en el amor. (Memoriza)Así que de Piscis he de quedarme con la fe...

Eósforo-Posidón.- (Levanta el tridente y hace movimientos rituales) Con mi tridente muevo a voluntad las aguas de los mares y envío  olas de  de fe a todos los mortales.

Afrodita.- ¿A todos los mortarles?

Eósforo-Poseidón.- Sí, Afrodita, estoy programado para ello.

Afrodita.- (Con  la mano en su frente, intentando recordar)La verdad es que me está costando trabajo pero creo que he asimilado todo que me has dicho, Posidón.

Eósforo-Posidón.-  Me alegra saber que en ti, contribuyo a disipar dudas, no a crearlas.¡  Ten fe,  Afrodita ¡,  te ayudará a  tener éxito en tu misión.(Va hasta la columna donde está la guirnalda y corta una rosa) Toma, ésta es: “La rosa de Piscis”...

Afrodita.- (Recibe la rosa con elegancia; se siente inspirada y recita)


                                       De sutiles
                                       sensaciones
                                       será, Piscis,
                                       la rosa
                                       de los mares
                                       que Posidón
                                       cual guardián
                                       y coloso tuyo
                                       alzó raudo
                                       al cielo,
                                       y en plegaria
                                       de armonía,
                                       se llenará
                                       de fe
                                       en tus nuevos
                                       amores consagrados..


(La contempla con admiración)
 ¡Qué bella eres rosa!, mi flor, la flor de Afrodita. Y en ésta va la esencia, Piscis: ¡ la fe ¡…

Eósforo-Posidón.- Cuando  consigas todas las que necesitas, tendrás la recompensa a tu búsqueda.

Afrodita.- (Se vuelve y camina unos pasos oliendo la rosa) ¡Qué aroma! ¡Mi aroma!.


(Se escucha el sonido del mar y Posidón desaparece entre las columnas)

(Cuando Afrodita se da cuenta que está sola hace un gesto de desagrado, pero al instante reacciona y comenza a dar unos pasos de baile con movimientos muy elegantes para terminar dejando la rosa sobre un búcaro que continuará siempre en el decorado)



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Obra  editada con fines educativos. Se autoriza su difusión y  representacion en centros culturales o de enseñanza (colegios e institutos) sin ánimo de lucro.


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 © Cristián Mínguez  - SGAE nº 99225





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