viernes, 27 de julio de 2012

Acto I Escena I

                                




 Afrodita, Eósforo
 
 Recinto Sagrado de Olimpia.

 Columnas de diversas alturas , una escalinata  y un pebetero; elementos que irán cambiando de posición y que simularán cada uno de los espacios posteriores de toda la obra. Una de las columnas siempre está rodeada por una guirnalda de rosas.

Afrodita baja con solemnidad. Lleva en su mano el fuego sagrado.


    Afrodita.- A todos los dioses invoca Afrodita para que este fuego sagrado prenda la llama que ha de iluminar el destino de los mortales.
Con esta fuente del primer elemento fundamental del Universo los atletas del futuro recordarán que aquí, en el Recinto Sagrado de Olimpia, en el plenilunio de verano, la diosa del amor emanó sus efluvios positivos para que  armonía  y  concordia  reinen por siempre en los Juegos Olímpicos venideros, a los que auguro gran prosperidad.(Alza la antorcha)
Fuego sagrado, comienza tu andadura (prende el pebetero).

(Hay un gran resplandor y de entre las llamas surge Eósforo)

Eósforo.- (Sonriente) Vas muy deprisa Afrodita; la historia no te reconocerá tu intención de ser pionera en los primeros Juegos Olímpicos. Ese honor corresponderá al rey Pélope.

Afrodita.- ¿Qué haces tú aquí, Eósforo?. Deberías tener en cuenta que mi presencia  ha de eclipsar la tuya.

Eósforo.- ¡Vamos Afrodita! No seas tan vanidosa; de sobra sabes que representamos el mismo mito. Tú el femenino y yo la versión masculina.


Afrodita.- (Altiva) ¡Qué ingenuo!. Aún no has asimilado que simplemente, te dejan ser una sombra de mi fulgor.

Eósforo.- ¿Serías capaz de decir eso cuando me ves resplandecer como Lucero del Alba?

Afrodita.- (Cambia de actitud) Tienes razón ¡qué visión tan bella!

Eósforo.-   Ya ves, representamos el mismo concepto, que no es otra cosa que ¡la belleza en si misma!

Afrodita.- (Levanta sus brazos en señal de invocación) ¡Oh sí!; ¡la belleza!.(Invoca) .Dioses del Olimpo, llenad de belleza este recinto sagrado; que las formas y  movimientos de los atletas  sean reflejo de la perfección y armonía que los seres humanos pueden llegar a alcanzar en su grado más elevado del  plano físico.

Eósforo.- (Que se ha sentado para contemplarla) Deberías tener en cuenta que la verdadera armonía no puede estar solamente en uno de los planos de la existencia humana, el físico. ¿Qué me dices de los otros dos: mental y espiritual?.

Afrodita.- Ese es el trabajo personal de cada individuo, alcanzar un equilibrio entre todos los planos, lo sé; pero la base, no dudarás que, está en el cuerpo; sin él, no hay posibilidad de avanzar. Por ese motivo será tan importante este acontecimiento histórico ¡Los juegos Olímpicos!, a través de ellos se perfeccionarán las esculturas humanas.

Eósforo.- ¿Es eso lo que se les va a exigir a los atletas para   la Olimpiada?

Afrodita.- De momento, tienen que reunir las siguientes condiciones: Ser griego; libre, no esclavo; hijo legítimo; no estar deshonrado y haber entrenado diez meses, el  último en Elios.

Eósforo.- ¿Consideras que es suficiente?

Afrodita.- Son todos los dioses, y no yo, quienes marcan esas condiciones;  si no lo son, la historia se encargará de establecer las que en cada época sean convenientes.

Eósforo- Deberíamos dejar constancia de la necesidad de cultivar los otros planos.

Afrodita.- Nosotros, dioses y diosas, les ayudaremos para que lo hagan...

Eósforo.- ¿Cómo?...No  olvides que existe el libre albedrío.

Afrodita.- Con una buena formación, ese libre albedrío tomará rumbo hacia la armonía cósmica.

Eósforo.- (La toma de las manos y da unas vueltas con ella) Me encanta oírte hablar así. ¡Qué óptimas son tus palabras, bella Afrodita!.

Afrodita.- (Riendo) Mi meta es, ante todo:  ¡La felicidad!

Eósforo.- Y... ¡El amor!

Afrodita.- Sí ¡ El amor!

Eósforo.-  La energía más sublime del Universo...

Afrodita.- ...¡Mi energía!...

Eósforo.- ...¡Nuestra energía!... Yo represento lo mismo que tú.

Afrodita.- Puede ser la energía de todos. La clave está, simplemente, en llegar a sentirla.

Eósforo.- ¡Amar y ser amado! ¿Hay algo mejor?

Afrodita.- Lo dudo, Eósforo; (piensa y reacciona) somos unos privilegiados. Imagínate, nos han creado para donar esa energía tan hermosa ¿no te parece maravilloso?

Eósforo.- Sí, Afrodita, es maravilloso... Tú eres maravillosa...  ¡Tan hermosa!

Afrodita.-(Vuelve a reír) ¡Amor!, ¡Belleza!, ¡Armonía!....¡Qué felicidad!...
Eósforo.- Y qué paz se respira en este Valle de Olimpia; la atmósfera mas tranquila y tibia del Peloponeso.

Afrodita.- ¡Sí! Aquí a los pies del Monte Cronion y a orillas del río Alfeo, todo invita a vivir pacíficamente. Será un bello lugar para que los pueblos se reconcilien en cada una de las olimpiadas.

Eósforo.- ¿Lograrás con tus invocaciones, que así sea?

Afrodita.- ¡Estoy segura!

Eósforo.- Unamos , entonces,  nuestras vibraciones más armónicas e invoquemos juntos ...

(Toma a Afrodita de la mano y se acercan hasta el fuego sagrado. Meditan unos momentos.)

Escena Siguiente                                            Página Inicio


"Decatlón de Afrodita" de Cristián Mínguez


Obra  editada con fines educativos. Se autoriza su difusión y  representacion en centros culturales o de enseñanza (colegios e institutos) sin ánimo de lucro.

 Para  otras representaciones teatrales conectar con el autor o SGAE.



 © Cristián Mínguez  - SGAE nº 99225

cristian.minguez@yahoo.es


No hay comentarios:

Publicar un comentario